Esclavos y libertos solían tratar a sus pacientes con arreglo a viejas recetas y panaceas. No había exámenes ni prueba alguna de aptitud, y si el esclavo se emancipaba a veces como consecuencia de la gratitud de un amo al que había curado de alguna dolencia podía abrir su propia consulta.
El panorama comenzó a cambiar cuando en el año 219 a. C. un cirujano griego, de nombre Archagathus del Peloponeso, se instaló en Roma y enseñó su arte a los romanos tras erigir, a expensas públicas, un puesto o taberna médica en el cruce de Acilio. A pesar de haber obtenido la ciudadanía romana y cobrar un sueldo que le pagaba el Estado, se granjeó numerosos enemigos. Lo apodaron el Carnicero, lo que da una medida de la fama de la que gozaba, y finalmente fue expulsado de Roma.
Foto de : http://themaskedlady.blogspot.com.es/search?q=tiendas+de+la+antigua+roma
No hay comentarios:
Publicar un comentario