miércoles, 13 de junio de 2018

Agricultores en la antigua Roma

El sector agrario era el más importante en la economía romana. Aunque no se realizó ningún avance técnico de consideración con respecto a épocas precedentes, nos encontramos con un importante desarrollo del regadío, de los injertos o de la cría de animales para la ganadería. Los instrumentos básicos de trabajo serían las azadas, las palas, un rudimentario arado, los rastrillos, etc., distinguiéndose entre pequeñas y grandes explotaciones. Las explotaciones pequeñas adquieren un mayor auge en el momento de la conquista de Italia, cuando la mayoría de la ciudadanía se dedica a la agricultura.
Los territorios arrebatados a los pueblos vencidos son repartidos entre los ciudadanos romanos, estableciéndose nuevas colonias. Este sistema también se ponía en práctica en las provincias.Los pueblos que no se rebelaban y se asimilaban pacíficamente conservaban sus tierras. De estos pequeños espacios agrícolas, los campesinos obtenían los alimentos necesarios para la subsistencia familiar y para pagar los impuestos.
La competencia ante las grandes explotaciones motivó una ingente oleada migratoria de campesinos hacia Roma, aumentándose el número de gentes que vivían de la beneficencia estatal. Los que resistieron sólo pudieron contar con la mano de obra personal y la de su familia, que cuando era escasa no dejaba otra solución que la emigración o el alistamiento en el ejército.
El propietario nunca trabajaba en la explotación sino que eran los jornaleros, esclavos o incluso colonos los que realizaban las labores agrícolas. Muchas de ellas se dedicaban en exclusiva a la ganadería.
La concentración de espacios agrícolas en pocas manos no dejó de ser, en ocasiones, motivo de preocupación para algunos emperadores.
El trabajo estaba supervisado por un capataz, contando para cada actividad con personal cualificado. La mayoría de la mano de obra es de procedencia esclava, desempeñado labores de cierta especialización en algunas ocasiones.
La producción se guardaba en silos y se transformaba en “industrias” de la propia explotación como molinos o prensas de vino y aceite. El olivo y la vid serán los productos más cultivados en Italia, aunque no se dejó de lado el cereal que procedía en su mayoría de las provincias de Hispania, Egipto y Africa.
El desarrollo agrícola permitirá el aumento del sector servicios y de la ingente masa de desarrapados que habitaba en las ciudades a la que había que alimentar y divertir; de ahí la famosa frase de “panen et circus”.
   
                                    
                                                                Foto sacada de : pixabay

Mineros en la antigua Roma

Los romanos asimilaron rápidamente los avances técnicos realizados por griegos y egipcios en la minería. Las minas eran explotadas a cielo abierto y en pozos o galerías como se puede comprobar en España, con los distritos mineros de Las Omañas, Las Médulas, Cástulo o La Valduerna. Una de las técnicas más empleadas era el derrumbe de montañas, procediendo después al lavado de mineral con agua, en ocasiones procedente de 40 kilómetros. De los diferentes distritos mineros salía el metal puro fundido, por lo que se realizaban in-situ todas las operaciones, lo que conllevaba la participación de un amplio número de trabajadores.
No en balde, sabemos que en las minas de Cartagena llegaron a trabajar unas 40.000 personas. Como es lógico pensar, el trabajo en la mina era tremendamente duro. La mayoría de los mineros eran esclavos o trabajadores dependientes e incluso libres que trabajaban por el beneficio obtenido o como una forma de liberación de impuestos. Las tropas acantonadas en las cercanías de las minas, además de proporcionar seguridad a la explotación, servían para realizar tareas de asesoramiento técnico y construcción de infraestructuras. Este tipo de tareas eran dirigidas por los procuradores imperiales que también tenían a su cargo la administración y la vigilancia de la explotación.
La gestión de las minas dependió del momento. En un principio, el Estado tenía bajo su control la explotación pero desde los primeros años del siglo II a.C. se utilizó un sistema mixto: arrendamiento para todos los metales excepto las minas de oro que dependían directamente del Estado (las de plata en algunas ocasiones también eran de propiedad estatal). Los servicios que rodean a las minas -baños, zapatería, ferretería, etc.- eran ofrecidos por el Estado en régimen de alquiler.
                               Resultado de imagen de la mineria en la antigua roma
                                                 Foto sacada de : pixabay 

Tintes y pelucas en la antigua Roma

El cuidado del pelo era muy importante en la Antigua Roma . Las canas no eran muy apreciadas por lo que teñirse era de lo más habitual. Si el pelo era negro o castaño se usaban cenizas y grasa animal, aunque lo último era ser rubia. Las romanas adineradas pusieron de moda los tintes rubios inspirándose en las exóticas germanas. Para conseguirlo utilizaban azafrán, arroz, grasa de cabra y cenizas de haya. Otro elemento que causaba furor entre las Fashion victims de la época eran las pelucas. Tanto gustaban que Mesalina la esposa de Claudio llegó a atesorar más de 700 y todas rubias.
En el caso de los hombres, Ovidio argumentaba que un mal corte de pelo podía estropear un rostro bello. Pero lo que era considerado un gran defecto era la calvicie. Asi que si el pelo escaseaba la solución para disimularlo era peinar el cabello hacia delante, con postizos, pelucas o aplicando ungüentos.

Foto sacada de : http://quhist.com/wp-content/uploads/2013/01/peinados-romanos.jpg

Agricultores en la antigua Roma

El sector agrario era el más importante en la economía romana. Aunque no se realizó ningún avance técnico de consideración con respecto a...